En medio del debate por los libretos de dos series televisivas, el titular de la masonería en Argentina arribó a Mendoza. Sostuvo que la Gran Logia no es una sociedad secreta ni tampoco antirreligiosa. "Priorizamos el crecimiento interior del ser humano", dijo. También admitió vínculos con partidos políticos.
"¿Pensaste que te ibas a encontrar con otro panorama?".
La pregunta del gran maestre Ángel Clavero dio por finalizada una extensa charla de masonería, política, cultura, medios de comunicación e historia. La inquietud del entrevistado encuentra su fundamento en el mensaje que, según él, quieren instalar los medios: presentar a la masonería como una sociedad secreta y llena de tramas oscuras. Sin embargo, bastó un diálogo ameno para echar por tierra el grado de oscurantismo que se le imputa a la Gran Logia.
Igualmente, no deja de ser una institución con intereses, de hecho, no se concibe un organismo que no los tenga. En pos de ellos, los masones no dudan en "atribuirse" distintas personalidades de la historia nacional y mundial. Más allá de José de San Martín -de quien siempre circuló que pertenecía a la Logia Lautaro- los principales líderes de la historia occidental integran una lista que el gran maestre entrega al periodista.
De todos modos, son cautos al hablar de los referentes políticos actuales. Sin bien aseguran que en todos los gobiernos argentinos ha habido masones, evitan precisar los nombres de funcionarios actuales. "Si bien somos una sociedad abierta, preferimos que sea una decisión personal, con respecto a la pertenencia masónica", explica Clavero, en compañía del delegado por Mendoza, José Fara.
A cargo de Control de Gestión de Fundación Universitas, Fara acompaña los planteos del gran maestre. "Mirá si seremos abiertos que cualquiera puede ingresar a nuestra página web y solicitar la admisión", dice de manera contundente y destaca: "Cada uno de nosotros tiene su propia vida. El valor interior masónico lo aplicamos en el partido político, la ONG o cualquiera de nuestras actividades".
Clavero destaca su trayectoria católica para sostener que la masonería no es antirreligiosa, aunque remarca que es requisito fundamental abstenerse de fanatismos por los distintas dogmas. "Pregonamos la libertad de pensamiento. Queremos que en las reuniones se hable de distintos temas sin fanatismos", sentencia.
Conclusion.